sábado, 26 de noviembre de 2016

La lepra



¿Qué es?

La lepra o enfermedad de Hansen, es una enfermedad de carácter infeccioso y crónico. Está causada por la bacteria Mycobacterium leprae, y se caracteriza por la afectación de nervios periféricos, superficie cutánea, ojos y mucosas de las vías respiratorias altas. 
Estas lesiones son de carácter ulcerosos, y los daños producidos en los nervios periféricos provoca la pérdida de la sensibilidad en la piel, así como atrofia muscular 

Esta enfermedad la padecen acerca de 12 millones de personas alrededor del mundo, y se trata de una patología endémica en la india y en algunos países del trópico.



Periodo de incubación

Este se desarrolla con gran lentitud, por lo que es posible que no se presenten síntomas en varios años (incluso hasta 10). 
Que el periodo sea tan largo provoca una gran dificultad a la hora de diagnosticar precozmente la enfermedad, así como de minimizar las posibles lesiones y discapacidades de los pacientes.


¿Cómo se contagia? 

Este se da, sobre todo, en personas que tienen un contacto estrecho y frecuente con un individuo que padece la enfermedad y no está siendo tratado, o que ha empezado el tratamiento hace poco tiempo. De todos modo, el desarrollo de esta depende de cada tipo de persona, y de la respuesta por parte del sistema inmunitario. 


La transmisión puede darse por el aire, entrando en contacto con gotículas expulsadas por el individuo infectado a la hora de hablar, toser, etc. De todos modos, la lepra también puede contagiarse si se entra en contacto con lesiones cutáneas ulceradas de una persona infectada. 
Pese a esto, la lepra es una enfermedad que presenta una gran dificultad de contagio. La mayoría de la población es resistente a la Mycobacterium leprae, por lo que, aunque se contraiga la infección, puede no desarrollarse la enfermedad. 

¿Qué tipos existen? ¿Cuales son sus síntomas?

Esta se diferencia en lepra tuberculoide (leve) o lepra lepromatosa (grave). 

La lepra tuberculoide se da cuando se produce una respuesta normal por parte de los linfocitos T del individuo. 
Esta se expresa mediante manchas (decoloración) en la piel y parálisis . 
Sin embargo, debido a que el sistema inmune actúa en contra de la infección, es autolimitada (se cura medianttue el ataque del sistema inmune, por sí sola). 
Además, la posibilidad de contagio es mucho menor en el caso de este tipo de lepra. 





La lepra lepromatosa se da cuando los linfocitos T responden de una manera anómala. No se produce respuesta por parte del sistema inmunitario, lo que da libertad a las bacterias para proliferar. 

Esta se expresa mediante la aparición de lesiones cutáneas  que acaban convirtiéndose en lepromas (nódulos característicos de la lepra lepromatosa). A su vez, la muerte de las células nerviosas provoca lesiones en el paciente causadas por la inexistencia de sensibilidad, pudiendo llegar a provocar la pérdida de miembros. 
Si la esta no es diagnosticada a tiempo, y avanza sin ningún tipo de tratamiento, se puede producir lesiones en órganos y huesos, atrofia muscular, parálisis e incluso la muerte. 

Este tipo de lepra es extremadamente contagioso. 

Finalmente, existe la lepra dimorfa, que consiste en un una fusión de las dos anteriores. 


Posibles complicaciones
La más frecuente es, como se ha mencionado anteriormente, la infección y ulceración de la piel, así como la amputación de algún miembro causada por la perdida de sensibilidad. 
La complicación más grave es la aparición de amiloidosis (acumulación de amiloides en órganos como el corazón o el riñón, que no permiten su normal funcionamiento), pudiendo llegar a provocar el fallecimiento del paciente.




¿Cómo se diagnostica?




El diagnóstico está basado en el análisis de las diferentes lesiones cutáneas, la sensibilidad, etc. A su vez, se realiza una biopsia cutánea, que posteriormente es analizada para determinar el tipo de lepra. 



¿Cómo se trata?

Cabe destacar que la lepra es una enfermedad curable, siempre y cuando se siga un tratamiento adecuado. 
Esta se trata mediante la administración de diferentes fármacos. 
En el caso de la lepra lepromatosa, se precisa un tratamiento que reúna la dapsona y la cloroformiza de manera diaria, así como una administración mensual de rifampicina durante dos años. 

En el caso de mujeres encintas y personas que presentan deficiencia en la enzima glucosa-6-fosfato deshidrogenasa, el tratamiento es complicado, ya que son intolerantes a esos fármacos. 


¿Puede prevenirse?

Todavía no existe ninguna vacuna para esta enfermedad, por lo que el mejor método de prevención para la aparición de los diferentes síntomas y complicaciones es un diagnóstico temprano. 

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