martes, 6 de diciembre de 2016

Cryptosporidium en las aguas


¿Qué es?

El Cryptosporidium, pertenece a los protistas (reino al que pertenecen los organismos eucariotas unicelulares o pluricelulares muy sencillos sin tejidos diferenciados) parásitos que se asocian a la enfermedad humana criptosporidiosis diarreica, de la cual hablaremos más adelante. A diferencia del Plasmodium, que se transmite por un mosquito que actúa como su vehículo para inocularse en organismo, esta enfermedad es transmisible por las heces contaminadas. Varias especies de Cryptosporidium infectan a los mamíferos pero en los seres humanos, las principales especies que causan la enfermedad son C. parvum y C. hominis.

La infección se puede producir dentro de ciertos límites en personas inmunocompetentes pero es potencialmente letal en personas inmunosuprimidas. Esta enfermedad presenta unos factores de riesgo básicos: habitantes del hogar de uno o más enfermos de infección por Cryptosporidium, parejas sexuales del paciente enfermo, trabajadores de la salud, personal de guarderías, usuarios de piscinas públicas y viajeros de zonas no endémicas que llegan a zonas endémicas... La criptosporidiosis es típicamente una enfermedad aguda de corta duración, es decir, dura pocos días dentro del paciente, pero la infección puede ser grave y continuada en niños y en pacientes inmunocomprometidos, como los pacientes con sida




¿Qué síntomas tiene?


El parásito se transmitiría en el medio ambiente mediante quistes resistentes (ooquistes) que, una vez ingeridos, son liberados y parasitan las células epiteliales del tracto gastrointestinal, aunque pueden atacar otros tejidos como el sistema respiratorio. El ataque al epitelio intestinal conduce a malabsorción de los nutrientes  y en pacientes inmunocompetentes a diarrea acuosa, no sanguinolenta. 



¿Cómo se transmite?

La infección se puede trasmitir por vía sexual anal u oral (contacto orofecal), por nadar en aguas contaminadas con heces humanas, por consumir ostras en mal estado, por consumir agua contaminada y/o por haber tenido contacto con fómites (fuentes de contagio inanimados) como el agua contaminada y el vómito de un paciente con dicha infección.


Una cuestión muy importante para la lucha contra esta enfermedad es el tratamiento de las aguas, ya que es una enfermedad oportunista, como decíamos, presente en las aguas contaminadas.


 La mayoría de las plantas de tratamiento que toman agua de ríos, lagos y embalses para la producción de agua potable pública usan tecnologías de filtrado convencionales. Esto implica una serie de procesos incluidos la coagulación, floculación, sedimentación y filtración. La filtración directa, que por lo general se usa para el tratamiento de las aguas con bajos niveles de partículas, incluye coagulación y filtración, pero no sedimentación. Otros procesos comunes de filtración son los filtros de arena o de tierra de diatomeas, las membranas y los filtros de bolsa y cartucho.

Las tecnologías convencionales, directas, de arena y de tierra de diatomeas pueden eliminar el 99% de Cryptosporidium. Pero debemos tener en cuenta que la infección se produce por la ingesta de ooquistes, y que estos son resistentets a las presiones ambientales y a la mayoría de desinfectantes y antisépticos, La filtración de agua no remueve todos los quistes de Cryptosporidium, por lo que lo 
ideal es que las plantas de tratamiento de agua realicen una revisión microscópica de rutina.



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