miércoles, 23 de noviembre de 2016

La realidad de la mortalidad de las Enfermedades Infecciosas



A menudo nos alarmamos con enfermedades infecciosas emergentes, aparentemente letales y altamente contagiosas. Nos aterra lo desconocido. Nos preocupan extremadamente enfermedades como la Malaria, Ébola, Zika, o el Dengue, sin ser realmente conscientes de que algunas de las enfermedades infecciosas que causan más muertes a nivel mundial aparecen a menudo en nuestro entorno.




Entre estas enfermedades presentes en nuestro día a día se encuentran las que afectan  al tracto respiratorio inferior. Las más comunes son la neumonía y la bronquitis, siendo estas las enfermedades infecciosas que causan más muertes a nivel mundial. Estas enfermedades se tratan con antibiótico en los países desarrollados, pero aun así, se dan tantos casos (prevalencia), que la cantidad de muertes a causa de estas infecciones es altísima. Por otro lado, en países subdesarrollados, con acceso a tratamiento antibiótico limitado, la mortalidad es aún mayor. 






La segunda enfermedad infecciosa en cuanto a mortalidad es el SIDA, causada por el Virus de Inmunodeficiencia Humana. Es alarmante el incremento de casos que se esta produciendo, tanto en países desarrollados (en los últimos 20 años han aumentado más de un 100%), como en los países subdesarrollados (en los últimos 20 años han aumentado más de un 400%). ¿Por qué? 
Bajo mi punto de vista, el SIDA ha pasado a encontrarse del lado de las enfermedades infecciosas que nombré en primer lugar (Malaria, Dengue..etc), a estar del lado de las enfermedades infecciosas no alarmantes, esas que ya conocemos, con las que convivimos, y por las que estamos dispuestos a "asumir el riesgo". ¿Se toman, acaso, menos precauciones? ¿Es la causante de este incremento la mentalidad que nos hace pensar eso de "a mí no me va a pasar"?. 




Finalmente, en tercer y quinto lugar encontramos, respectivamente, las enfermedades diarreicas y la tuberculosis, también más que presentes en nuestro país, aunque aquí sean siempre potencialmente curables y poco problemáticas siempre que se siga el tratamiento adecuado. 







Dejemos el alarmismo y el miedo a un lado, y concienciémonos acerca de la importancia de prevenir y tratar enfermedades tan comunes conocidas, y mortales como las que he mencionado en este post. 

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