La prueba mantoux o de la tuberculina es un test que se lleva a cabo para determinar si una persona tiene tuberculosis, aunque no presente síntomas.
Un resultado positivo en la prueba se traduce en la presencia de infección en el cuerpo de la persona, pero sin desarrollo de la misma. Por lo general, las personas que dan positivo en la prueba, no pueden contagiar a otras personas.
Cabe destacar que, pese a iniciar tratamiento a raíz del positivo en la prueba, hay una pequeña probabilidad de que tenga lugar el desarrollo de la enfermedad.
¿A quién se le realiza?
Esta prueba se realiza a la población que presente una probabilidad alta de haberse contagiado, bien por haber estado en contacto con personas que presentan la enfermedad y su sintomatología, o bien porque presentan algún otro factor de riesgo (padecer VIH; proceder de un país con elevada incidencia; no haberse tratado adecuadamente de la enfermedad en el pasado; padecer diabetes...etc)
¿En qué consiste?
Con esta prueba, se observa la respuesta del sistema inmunológico ante proteínas del bacilo de la tuberculosis, ya que la respuesta cuando el organismo ya ha sido infectado por la bacteria de la tuberculosis es muy característica.
¿Cómo se realiza?
Se trata de una prueba en la que se introducen, con ayuda de una aguja intradérmica y una jeringuilla, 0'1 ml de un derivado del antígeno de la bacteria de la tubercuolsis.
La introducción del derivado antigénico produce una elevación en la piel (habón).
¿Cuándo es positiva la prueba?
El punto de corte para determinarlo difiere de un paciente a otro:
En personas que padecen VIH, que han estado en contacto directo con individuos que presentan tuberculosis activa o que ya han padecido la enfermedad y se han curado, la prueba será positiva a partir de 5mm.
En persona con otros factores de riesgo, tales como ser personal sanitario, ser niños menores de 5 años, personas que hayan consumido o consumen activamente drogas intravenosas y personas que viven en centros de desintoxicación o prisiones, la prueba será positiva a partir de 10 mm.
En personas que no presentan ninguno de los factores mencionados anteriormente, o que han sido vacunados de la BCG, la prueba será positiva a partir de 15 mm.
También se ha de tener en cuenta que, si una persona que se haya sometido en el pasado a la prueba (siendo esta negativa) vuelve a someterse pasado el tiempo, y se produce un crecimiento del diámetro de la inflamación, esta segunda prueba será siempre positiva, denominándose este suceso conversión tuberculínica.
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