Permanecemos en una lucha constante contra las enfermedades infecciosas, científicos de todo el mundo pelean por encontrarles cura, por desarrollar vacunas, por pararles los pies a los microorganismos patógenos y que no puedan causar más muertes.
Según una noticia que hemos encontrado en el diario "El Español", la OMS confía en que el año 2016 sea el último en el cual se registren nuevos casos de Poliomielitis, enfermedad de la cual hablábamos en la entrada anterior. También se prevee que el pian y la dracunculiosis (enfermedades de las cuales hablaremos más tarde), desaparezcan en estos próximos años.
En esta ancestral batalla que los humanos le hemos declarado al sufrimiento, solo hemos completado una victoria: la erradicación de la viruela. Esta se proclamó oficialmente por la OMS en 1980. Técnicamente es viable erradicar un gran número de enfermedades actualmente, pero entran en juego mucho más que los tratamientos médicos: la higiene, la limpieza, los sistemas sanitarios, la economía del país para comprar estos tratamientos, el saneamiento de las aguas, los hogares, la comida...En resumen, que acaba siendo algo realmente complejo.
El proceso puede ser muy largo, pero si finalmente todo va bien, se necesita que transcurran tres años completos sin que se produzca un nuevo caso para dar una enfermedad por erradicada. Pero el reto no acaba aquí, hay que seguir luchando para que no reaparezca, con intensas campañas de vacunación y prevención. Además hay que asegurar que el virus que se guarde en laboratorios o centros de fabricación de vacunas no se pueda liberar accidentalmente.
El problema ahora es el siguiente: la imposibilidad de hacer llegar a toda la población un simple antibiótico para eliminar una enfermedad terrible, la imposibilidad para hacer llegar una vacuna a toda la pobalción en muchas coasiones, o los costos elevados de los tratamientos que nos obligan a elegir entre unos y otros.
Uno de los casos, es que poner inyecciones en algunos países no es tan sencillo como parece en el mundo occidental, empezando por la necesidad de contar con personal sanitario formado.
En la lista de enemigos que podrían ser erradicados también se encuentran el sarampión o la rubeola, la dracunculiasis, el pián, entre muchos otros, y la clave está en la vacunación. En otros casos, aunque la enfermedad llegue a controlarse, es difícil pensar en la erradicación, sobre todo cuando existen animales que también la padecen y que pueden contagiar al ser humano, como la lepra o la peste.
Otro caso, es la dificultad para alcanzar las regiones más remotas, islas pequeñas a las que se llega tras un viaje de cuatro horas en canoa en océano abierto o comunidades muy escondidas en la jungla tropical... etc. Son áreas rurales a las que no llegan los servicios de salud básicos y los apoyos económicos son escasos.
"El ser humano actúa de reservorio, es decir, que si se curan todos los humanos desaparece la enfermedad para siempre"
Teniendo en cuenta estos últimos detalles, la mejora de la eficacia, a rapidez y la simplificación de los tratamientos, asi como la sencillez de aplicación, cambia los resultados para mejor, hasta puntos insospechados.
Permanecemos en una lucha constante contra las enfermedades infecciosas, científicos de todo el mundo pelean por encontrarles cura, por desarrollar vacunas, por pararles los pies a los microorganismos patógenos y que no puedan causar más muertes.
Según una noticia que hemos encontrado en el diario "El Español", la OMS confía en que el año 2016 sea el último en el cual se registren nuevos casos de Poliomielitis, enfermedad de la cual hablábamos en la entrada anterior. También se prevee que el pian y la dracunculiosis (enfermedades de las cuales hablaremos más tarde), desaparezcan en estos próximos años.
En esta ancestral batalla que los humanos le hemos declarado al sufrimiento, solo hemos completado una victoria: la erradicación de la viruela. Esta se proclamó oficialmente por la OMS en 1980. Técnicamente es viable erradicar un gran número de enfermedades actualmente, pero entran en juego mucho más que los tratamientos médicos: la higiene, la limpieza, los sistemas sanitarios, la economía del país para comprar estos tratamientos, el saneamiento de las aguas, los hogares, la comida...En resumen, que acaba siendo algo realmente complejo.
El proceso puede ser muy largo, pero si finalmente todo va bien, se necesita que transcurran tres años completos sin que se produzca un nuevo caso para dar una enfermedad por erradicada. Pero el reto no acaba aquí, hay que seguir luchando para que no reaparezca, con intensas campañas de vacunación y prevención. Además hay que asegurar que el virus que se guarde en laboratorios o centros de fabricación de vacunas no se pueda liberar accidentalmente.
El problema ahora es el siguiente: la imposibilidad de hacer llegar a toda la población un simple antibiótico para eliminar una enfermedad terrible, la imposibilidad para hacer llegar una vacuna a toda la pobalción en muchas coasiones, o los costos elevados de los tratamientos que nos obligan a elegir entre unos y otros.
Uno de los casos, es que poner inyecciones en algunos países no es tan sencillo como parece en el mundo occidental, empezando por la necesidad de contar con personal sanitario formado.
En la lista de enemigos que podrían ser erradicados también se encuentran el sarampión o la rubeola, la dracunculiasis, el pián, entre muchos otros, y la clave está en la vacunación. En otros casos, aunque la enfermedad llegue a controlarse, es difícil pensar en la erradicación, sobre todo cuando existen animales que también la padecen y que pueden contagiar al ser humano, como la lepra o la peste.
Otro caso, es la dificultad para alcanzar las regiones más remotas, islas pequeñas a las que se llega tras un viaje de cuatro horas en canoa en océano abierto o comunidades muy escondidas en la jungla tropical... etc. Son áreas rurales a las que no llegan los servicios de salud básicos y los apoyos económicos son escasos.
Teniendo en cuenta estos últimos detalles, la mejora de la eficacia, a rapidez y la simplificación de los tratamientos, asi como la sencillez de aplicación, cambia los resultados para mejor, hasta puntos insospechados.
El proceso puede ser muy largo, pero si finalmente todo va bien, se necesita que transcurran tres años completos sin que se produzca un nuevo caso para dar una enfermedad por erradicada. Pero el reto no acaba aquí, hay que seguir luchando para que no reaparezca, con intensas campañas de vacunación y prevención. Además hay que asegurar que el virus que se guarde en laboratorios o centros de fabricación de vacunas no se pueda liberar accidentalmente.
El problema ahora es el siguiente: la imposibilidad de hacer llegar a toda la población un simple antibiótico para eliminar una enfermedad terrible, la imposibilidad para hacer llegar una vacuna a toda la pobalción en muchas coasiones, o los costos elevados de los tratamientos que nos obligan a elegir entre unos y otros.
Uno de los casos, es que poner inyecciones en algunos países no es tan sencillo como parece en el mundo occidental, empezando por la necesidad de contar con personal sanitario formado.
En la lista de enemigos que podrían ser erradicados también se encuentran el sarampión o la rubeola, la dracunculiasis, el pián, entre muchos otros, y la clave está en la vacunación. En otros casos, aunque la enfermedad llegue a controlarse, es difícil pensar en la erradicación, sobre todo cuando existen animales que también la padecen y que pueden contagiar al ser humano, como la lepra o la peste.
Otro caso, es la dificultad para alcanzar las regiones más remotas, islas pequeñas a las que se llega tras un viaje de cuatro horas en canoa en océano abierto o comunidades muy escondidas en la jungla tropical... etc. Son áreas rurales a las que no llegan los servicios de salud básicos y los apoyos económicos son escasos.
"El ser humano actúa de reservorio, es decir, que si se curan todos los humanos desaparece la enfermedad para siempre"
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