¿Cómo se contagia?
El contagio se suele producir por aspiración de gotículas expulsadas por una persona al hablar, toser, etc. , por la ingesta de cualquier tipo de alimento infectado con el virus, a traves de un vector como puede ser un mosquito, o a través de heridas o lesiones presentes en la piel.
¿Cuáles son sus síntomas?
Los
primeros síntomas son similares a los de un catarro común o a los de
una alteración disgestiva. En el caso de que la gravedad sea baja, los
síntomas serán fiebre o febrícula, cefalea, cansancio y anorexia. A
medida que la enfermedad avanza aparecen perdida del equilibrio,
desorientación, sueño, mal carácter, fotofobia, rigidez cervical y
vómitos.
En
el caso de que la enfermedad avance, se llega a un estado de
emergencia, en el que la actuación debe ser inmediata. Los síntomas
característicos en este punto de la enfermedad son la inconscienca,
lentitud en la reacción, pérdida de la fuerza muscular e incluso
parálisis, una crisis epiléptica, cefalea extrema y un deterioro de las
funciones mentales básicas (juicio, memoria...etc).
¿Cómo se diagnostica?
Se
realiza un examen físico y psíquico, en el que se puede observar
confusión, debilidad muscular, una resupuesta lenta, rigidez cervical,
úlceras en la boca, problemas del habla...etc. A mayores, se realizarán
otras pruebas para definir la naturaleza de la enfermedad. Dentro de
estas pruebas, las más frecuentes son la resonancia magnética, el TAC y
la punción lumbar para examinar el líquido cefalorraquídeo.
¿Cómo se trata?
El
tratamiento consistirá en la administración del fármaco adecuado
dependiendo de cual sea la naturaleza de la infección (antivirales,
antibióticos...etc) acompañados de esteroides, para reducir la
inflamación y eliminar la infección. Además, se otorgará un tratamiento
farmacológico complementario con el fin de lidiar con las posibles
complicaciones (crisis epilépticas, irritabilidad, fiebre...etc).
Por
otro lado, se llevarán a cabo cuidados básicos centrados en el descanso
del paciente, su buena nutrición e hidratación, que también servirán de
ayuda a la hora de luchar contra la infección.
¿Cuáles son las posibles complicaciones?
En
algunos casos, durante la enfermedad puede producirse un daño cerebral
que perdure una vez finalizada esta. En estos casos, pueden verse
dañados aspectos como la audición, la memoria, el control muscular, el
lenguaje o la visión, que deberán ser tratados mediante rehabilitación.
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